Cuando ya no eres nada más.

 Estas palabras que tal vez estés leyendo, o tal vez te canses a la mitad del texto, son lo que soy en este mismo instante por dentro, una lágrima partida que no llega a salir, se queda dentro, y fluye junto con la música, en mi interior y por fuera rodeándome.   Tal vez sepas lo que es, o tal vez tan solo uno más.

  Ahora parecen desiertas y desconocídas, grises, las calles que antes me eran tan familiares como el rostro que miro todos los días al despertarme.
   Son solo fantasmas del dolor y lo pasado aquello que se proyecta en las aceras como en las películas antiguas.
   Podría jurar sentir en carne abierta como se arrugan la piel y mis neuronas al tratar de volver el tiempo atrás, es exactamente lo mismo, el mismo sentimiento, solo que falta todo, todo, todo aquello por lo que sentía.
   Punto que se acentúa en un final, final que solo es el anteceder de un nuevo comienzo.
   Cualquier cosa que diga, cualquier cosa que haga, estará mezclada con esos rostros y objetos del ayer que se traslucen en un gris del pasado y en colores del tiempo que se está sucediendo.
   Cualquier cosa que diga, cualquier cosa que haga, se perderá en algo que fue o que podría ser, en un túnel de verdades mentirosas, o mentiras verdaderas, que se confundirán y no se entenderán, nadie entiende, nadie podría, a mi alrededor todo es extraño, y todos me miran extrañados.
   Tan raro como la sensación de pasearse por la casa vacía que estas por dejar atrás, como volver a ese lugar que ya no está igual, y rememorar, cada objeto en su lugar, cada momento vivido allí plasmado con la mayor intensidad posible.

   La mente tiene ese poder de jugártelas siempre, de implantar y olvidar a su manera, de dominar/te.

   El poder del tiempo, de uno, de la vida, las rarezas que hacen del cambio algo natural, pero que al organizmo le sienta tan incómodo.
   Un día puedes ser la persona más feliz del mundo, todo estando donde para tí debería estar, y luego, esa chispa que se enciende, ese clic que apaga, tu mundo se da vueltas al revés.
   Tienes todo en el lugar que estaba cuando eras feliz, pero no es la misma sensación, te sientes extraña en tu casa, con las personas que te conocen, a las cuales amas, esas que te hacían sentir tan bien, ahora tan solo te sientes incómoda.
 
   Extraño no, así es como una parte de mi se está sintiendo ahora, estoy en el lugar, pero siento como gran parte de mi no esta en mi lugar.
 
   Extraño si, pero es algo ya natural en mi, esto tal vez es una victimisación, tal vez luego ya no entienda el significado y no sienta el porque de haber escrito estas palabras, el pro y el contra de ser humana, aunque nunca lo olvidaré, será parte de mi pasado, del presente este, y del futuro.
 

   Cuando me sienta sola, cuando me sienta vacía, cuando ya no haya nada, todo eso será mentira, y cuando fuere verdad, tan solo sabré de los tropezones y recordaré de las caídas como me habré levantado.
   Se también que la música es mi fiel compañera, ella me guía, me inspira, conspira, ya sea conmigo o a veces también contra mi. Tiene ese poder sobrenatural sobre las células de las que estoy formada, ese poder de hacerme "inmune"(no es concretamente correcto, nunca seré inmune a nada) y flotar.

   El dolor siempre es cercano, y el miedo nunca es ajeno, toda persona tiene miedo, hay algunas que saben enfrentarlo, otras no, pero todo el mundo sabe sufrir y también sabe temer.

   Estas palabras que tal vez estés leyendo, o tal vez te canses a la mitad del texto, son lo que soy en este mismo instante por dentro, una lágrima partida que no llega a salir, se queda dentro, y fluye junto con la música, en mi interior y por fuera rodeándome.
   Tal vez sepas lo que es, o tal vez tan solo uno más.