Hoy, no sé si más que nunca, pero, hoy, no me siento encallada a la tierra, me siento interestelar, me siento parte del cosmos, pero, el cosmos entendido como yo lo entendía, el "espacio exterior", y no como el todo que nos incluye también a nosotros.
Me siento fuera de mi, siento a mi alma, no como otras veces, pero sí exteriorizada, fuera de mi, siento algo diminuto en mi pecho, y siento que ya no es tan solo mí pecho, sino que lo comparto.
Igual, hoy, como últimamente, no me siento yo, no estoy en mi foco, aunque, ¿puede haber un centro dentro de tanto alboroto y tanto cambio? Sí, puede, éste está constituido por los valores, por nuestras convicciones, que, aunque, por lo menos a mí, me cuesten un poco sostener y llevar a cabo, por fortuna, y por acto mío, siguen conmigo. Si estoy perdida, mis convicciones me tiran pal' lado del que estaré segura, que, tarde o temprano, es el que prefiero.
Creo que el sentimiento que describes es muy profundo. Sentirse ajena a uno mismo es extraño, pero no deja de ser un sentimiento humano. Que ese espacio exterior no te engulla!
ResponderEliminarSaludos