Y ahí estoy, pensando y rememorando en blanco y negro, la vida, sin parar.

 En estos últimos meses mis pensamientos han aumentado, respecto de todo, todo lo capto con mayor intensidad, voy creciendo, y voy guardando todo, para no olvidar.
 Es una nostalgia rara, un aferramiento al no crecer, un camino hacia lo inevitable.
 No lo sufro, todo lo contrario, me voy haciendo de esas personitas que me son imprescindibles para vivir, y voy planeando poco a poco todo aquello que se viene.
 Lo que duele es saber todo lo que puede pasar, todas las infinitas posibilidades, las posibles separaciones, saber que no podes controlarlo todo, que por más que quieras y por más fuerzas que tengas estás atado a las desisiones, opiniones y acciones de los demás.
 Es un andar que se pasa como se puede.

    Hay infinitas frases, para tantos momentos, infinitas palabras que se contradicen entre si, infinitos dichos.
 


  Infinito es el camino y el aprendizaje.


  Infinita es la memoria, los recuerdos están ahí, el hombre es partícipe de la historia, causante y responsable de todo a su paso, de lo que pasó, de lo que pasa, y de lo que pasará.