Acá estoy, dejándome llevar.
Y así me siento, o al menos así quisiera sentirme, mesiéndome entre los arruyos de una canción con soplo de viento.
Y me siento árbol en torménta, con mis ramas de acá para allá, de una manera funesta, pero mecedoramente encantadora.
Porque me siento náufrago en marea, me siento parte de cada ola que me aleja.
Soy aire, pero más que aire soy el ave que lo surca, que lo vuela en todo su esplendor.
Me siento como una estrella que viaja, pero que no es fugaz, si no una estrella con la capacidad de ir de rincón en rincón, con la capacidad de soñar despierto, dejándose llevar.
Me gusta mucho tu blog, y lo que has escrito.
ResponderEliminarTe sigo, y espero verte un día por mi blog.
Saludos :)
Es precioso
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